Una Rickenbacker, una Gretsch, un bajo Hohner, una Ludwig, amplis Vox y un par de micros... poco más necesitaban los Beatles para encandilar a las masas con su personal mezcla de rock'n'roll, pop, doo-wop y country. Su gran frescura, espontaneidad, energía y devoción por la música les iban a convertir en un fenómeno planetario con la ayuda de la televisión. Eran exactamente lo que el mundo estaba esperando en ese momento, y supieron adaptarse y conservar su encanto y magnetismo hasta el final de la década.
Una Rickenbacker, una Gretsch, un bajo Hohner, una Ludwig, amplis Vox y un par de micros... poco más necesitaban los Beatles para encandilar a las masas con su personal mezcla de rock'n'roll, pop, doo-wop y country. Su gran frescura, espontaneidad, energía y devoción por la música les iban a convertir en un fenómeno planetario con la ayuda de la televisión. Eran exactamente lo que el mundo estaba esperando en ese momento, y supieron adaptarse y conservar su encanto y magnetismo hasta el final de la década.
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